Sobre Mi

DESPENSA DEL SUMILLER


Este blog es el fruto de muchos años de dedicación a mi gran pasión, el vino y la gastronomía. Tanto mi formación inicial como mi trayectoria profesional han estado centradas en otros ámbitos, pero desde hace años estoy embarcado en una formación más profunda y constante del emocionante mundo de la Sumilleria y la gastronomía.


Mi gran interés por la formación unido a la lectura para aprender a analizar todo lo relacionado con la Sumilleria, me llevan a entender que características marcan la diferencia de cada producto que cato. Todo esto unido a mis conocimientos con la fonación de Sumiller profesional unido a un Master en viticultura y enología por la cámara de comercio de Malaga, Experto universitario en gestión y difusión del patrimonio entorno al vino, por la Universidad de Malaga y Nivel 2 Wine & Spirit Education Trust, ademas de que Actualmente estoy estudiando la cualificación de nivel 3, título indispensable y obligatorio para continuar estudiando en la misma organización y acceder al Master of Wine.

Todo esto me ha motivado a realizar viajes enológicos para conocer prestigiosos viñedos de Europa y grandes zonas enológicas, tanto históricas como emergentes, que elaboran aquellos vinos que más me han emocionado. En concreto, mi pasión por los grandes vinos históricos me ha llevado a ser Formador Homologado del Marco de Jerez, Formador homologado en Cava, Tecnico especialista en vinos y vinagres de Montilla-Moriles,


miércoles, 5 de febrero de 2014

Un poco de Historia del Tabaco.



UN POCO DE HISTORIA

ORIGEN DE LA NICOTIANA TABACUM

La Nicotiana tabacum, como se conoce científicamente la planta del tabaco, pertenece a la familia de las solanáceas, como el tomate, el pimiento y la patata, también autóctonos de América; y es un híbrido del cruzamiento natural de dos especies del género Nicotiana: la Nicotiana Silvestria de la que heredó el tamaño; y la Nicotiana Rusbi, que aportó las anchas hojas y las flores.
Se trata de una planta pubescente de un solo tallo y pocas ramas, que alcanza de dos a cinco pies de altura.
Sus semillas son diminutas y numerosas. Esta planta posee olor característico acre y sabor amargo. Su cosecha se efectúa anualmente.
La Nicotiana tabacum es originaria de las márgenes del lago Titicaca en las áreas premontañosas de los Andes peruanos y bolivianos. Desde allí, acompañando las sucesivas oleadas migratorias, pasó a través del Caribe y Centroamérica a La América del Norte.
Arribó a Cuba entre Los años 2000 y 3000 a.d.c., en manos de los Araucos, tribus aborígenes de América del Sur de las cuales desciende la cultura Taína que se asentó en la Mayor de las Antillas. Es probable que el tabaco tome su nombre de «Tabasco», población de la provincia de Yucatán donde los españoles, hacia 1520, la encontraron como en Cuba.

EL VERDADERO ORO DE AMÉRICA

«Cuando la Naturaleza le ponía oro delante en una forma nueva e inesperada, Colón no lo reconoció y lo dejó seguir desvaneciéndose en humo ante sus propios ojos sin darse cuenta de su aroma». Así comenta Salvador de Madariaga el encuentro de los conquistadores con el tabaco americano: el verdadero «oro» de América, cuyo cultivo a la llegada de los españoles al Nuevo Mundo, se hallaba extendido por todo el Continente. Lo mismo podía encontrársele en el Caribe que en Brasil, la Florida, México, Nueva Granada, Venezuela o Perú.
Es sintomático que este primer encuentro se produjera ya en la primera tierra que pisaran en el Nuevo Mundo: la isla de Guanahaní, o San Salvador como la nombrara el Almirante Cristóbal Colón. El lunes 15 de octubre de 1492, anotó en su Diario de Navegación: «...fallé un hombre en una almadía que se pasaba de la isla de Santa María a la Fernandina y traía un pedazo de tierra bermeja hecha polvo y después amasada, y unas hojas secas que debe ser muy apreciada entre ellos, porque ya me trajeron en San Salvador de ellas en presente...»
Pero fue en la costa norte del extremo oriental de Cuba «cuando en verdad los españoles se percataron de lo que eran aquellas hojas y para que servían» (Gaspar Jorge García Galló, Biografía del tabaco habano). El martes 6 de noviembre de 1492 regresaron Rodrigo de Xerez y Luis de Torres, a quienes el Almirante, creyéndose en Catay o Cipango (hoy China y Japón respectivamente), había enviado tierra adentro con la misión de explorar y contactar al Rey de aquellas tierras. Colón apuntó en su Diario: «...Hallaron los dos cristianos por el camino mucha gente que atravesaba a sus pueblos, mujeres y hombres con un tizon en la mano, yerbas para tomar sus sahumerios que acostumbraban...»
El Padre Bartolomé de las Casas refiere con más lujo de detalles este suceso en su Historia general de indias: «...Hallaron estos dos cristianos por el camino mucha gente que atravesaban a sus pueblos mujeres y hombres siempre los hombres con un tizón en las manos y ciertas yerbas para tomar sus sahumerios, que son unas yerbas secas metidas en una cierta hoja seca también á manera de mosquete, hecho de papel de los que hacen los muchachos la Pascua del Espíritu Santo; y encendido por una parte, por la otra chupan ó sorben ó reciben con el resuello para adentro aquel humo con el cual se adormecen las carnes y cuasi emborrachan, y asi dicen que no sienten el cansancio. Estos mosquetes, o como los llamaremos, llaman ellos tabacos ...»

EL TABACO CONQUISTA EL MUNDO

La historia de la expansión mundial del consumo y cultivo del tabaco esta tejida de deseo y rechazo, de prohibiciones draconianas y temerarios contrabandos, de placer y dinero y sangre. Fue la «estrategia del Diablo» y como tal condenado por las cortes y la Iglesia; pero fue sobre todo un negocio muy lucrativo y como tal restringido y monopolizado arbitrariamente.
Muy temprano, en el viejo continente se desencadenó una verdadera pasión por la solanácea y, como era de esperar, fue en España donde ganó más adeptos la costumbre de fumar... y fueron también los españoles los primeros en sufrir terribles castigos por tal causa.
La furia se extendió luego a Persia, Japón, Turquía y Rusia, donde se establecieron las más crueles puniciones.
Curiosamente, a la par de su prohibición ganaba terreno su empleo con fines medicinales.
El 11 de abril de 1717 el rey Felipe V dispuso el monopolio real del tabaco cultivado en Cuba, decisión que ha pasado a la historia con el nombre de "Estanco del Tabaco", a causa del cual murieron honestos vegueros, que se opusieron a tan onerosa ley.
Este período restringido duró hasta el 23 de junio de 1817, cuando por Real Decreto se derogó el estanco, medida que permitió el libre comercio entre la Isla y el mundo conocido, siempre a través de puertos españoles.
Su cultivo era ocupación exclusiva de hombres libres. La rudeza de la producción azucarera se avenía con la labor esclava, pero a la planta del tabaco, según dijo José Martí, hay que tratarla como si fuera una delicada dama. Esto fue posible gracias a los inmigrantes de las Islas Canarias, que dieron origen al campesinado cubano.
El siglo XIX señaló la reafirmación final de la producción tabacalera en la Antilla mayor. Baste decir que en 1859 había cerca de 10.000 vegas, y en la capital unas 1.300 fábricas. Cuba inició el siglo XX en condiciones muy precarias, como consecuencia de las recientes guerras por la independencia.

Fuente:Pasion Habanos.

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