Con Borgoña nos encontramos en el caso de un viñedo histórico. El viñedo de Borgoña está ubicado donde ya lo estaba hace más de ocho siglos y desde esos inmemoriales tiempos está registrado, catalogado, valorado y reconocido gracias principalmente a la labor que realizaron las órdenes religiosas que los explotaron. Desde tiempos remotos las diferentes parcelas tenían su propia designación, se vinificaban por separado, obteniendo diferentes calidades entre ellas que se repetían año tras año, y se reconocía su jerarquía plasmándolo por escrito y comunicando su conocimiento a través del gusto y el estudio de los suelos. La estabilidad y continuidad que ofrecieron los posteriores propietarios pre-revolucionarios a este sistema de clasificación logró finalmente hacer visible al mundo la naturaleza individual de las parcelas. La noción de terroir está profundamente incrustada en la cultura y en la historia de Borgoña.
La región vitícola de Borgoña se extiende a lo largo de 5 zonas diferenciadas, desde Chablis al norte hasta Mâconnais al sur, que ocupan una extensión de terreno de casi 30.000 hectáreas, apenas un 3% del total del viñedo francés, pero los grandes viñedos que han dado fama mundial a Borgoña ocupan una superficie mucho menor aún, ya que se ubican en una estrecha franja de colinas que se despliegan, de noreste a sudoeste, entre las poblaciones de Dijon y Chagny. Esta sucesión de colinas vitícolas se establecieron sobre una falla, provocada en la prehistoria por el hundimiento de la llanura del Sâone. Esta zona se conoce localmente como Côte d’Or. Esta Côte, cuya mejor traducción pudiera ser ladera, se encuentra orientada hacia el levante del sol, hacia oriente, lo que habría sugerido, según algunos autores, su nombre de Côte d’Or al viñedo y al departamento en el que se encuentra ubicada. Otros autores quizá con una visión más poética consideran que Côte d’Or proviene del color dorado que la ladera presenta los atardeceres de otoño. Tradicionalmente Côte d’Or se ha dividido en dos partes: Côte de Nuits al norte y Côte de Beaune al sur, ocupando la segunda el doble de superficie que la primera.
La línea de colinas plantadas de viña se extiende a lo largo de unos 40 kilómetros de longitud, 20 en el norte y 20 en el sur aproximadamente, con un ancho que va desde menos de 600 metros en su parte más estrecha hasta los 3 kilómetros en la más ancha. La superficie total está en torno a las 8.000 hectáreas y las posibilidades de ampliarla son prácticamente inexistentes. La rápida desaparición de los vinos producidos en ciertas denominaciones así como sus elevados, y en ocasiones prohibitivos, precios son principalmente consecuencia directa de su reducida superficie y la muy escasa producción.El viñedo de los grandes vinos de Borgoña logra sus características diferenciadoras gracias a condiciones geográficas, topográficas y sociológicas únicas, que preservan su originalidad así como la variedad y calidad de sus vinos.

Las colinas vitícolas están en su mayor parte orientadas al este y el resto al este-sudeste. El viñedo se beneficia gracias a su orientación de una insolación más larga y más fuerte. El sol de primera hora de la mañana ayuda a que el rocío y la humedad desaparezcan rápidamente mientras que la luz rasante del sol de final de la tarde facilita la adecuada maduración de la fruta.
para los blancos, hace que no se pueda contar con variedades complementarias, al contrario que en otros grandes viñedos del mundo, que puedan mitigar los efectos climáticos de las distintas añadas a la hora de vinificar (la superficie plantada se reparte al 49% para Chardonnay, 35 para Pinot Noir y 16% para otras variedades). Si el ciclo vegetativo propio de cada variedad se ve interrumpido, bien sea por la meteorología o por la incompetencia humana, no hay otras variedades a disposición del elaborador para complementar sus uvas y mejorar sus vinos. Esta única variedad se enraíza además en terrenos extremadamente diversos, tanto por la estructura de sus suelos como por la inclinación de sus pendientes y la variedad de altitudes y orientaciones.
Aunque principalmente el subsuelo de la base es de tipo calcáreo, debido a que en el Jurásico esta región estaba bajo un gran océano, el suelo superior presenta variadas mezclas de caliza de diferentes tamaños, más o menos rica en fósiles marinos, con arcilla, rocas más duras, gravas, arenas y limos. Pinot Noir se acomoda más a los suelos de margas más calcáreas mientras que Chardonnay lo hace en los suelos que son más arcillosos. Esta diversidad de suelos tiene una gran influencia en el viñedo por su permeabilidad y sobre todo por uno de los grandes problemas de la zona, la erosión.Todas estas circunstancias tienen especial incidencia en como la climatología afecta a las viñas que se encuentran en las diferentes localizaciones, lo que exige una total afinidad entre el micro-clima y la variedad.

La producción de vino también presenta diferencias en función de la geografía. En Côte de Nuits se elabora casi exclusivamente vinos tintos mientras que en Côte de Beaune se reparte la producción entre vinos tintos y blancos, siendo mayoritarios estos últimos. Las parcelas más prestigiosas, conocidas como Grand Cru, que elaboran los tintos más reconocidos internacionalmente se encuentran mayoritariamente en Côte de Nuits.Los grandes vinos tintos de Côte de Nuits se consideran vinos más firmes y estructurados, potentes y de larga guarda mientras que los de Côte de Beaune se tienen por vinos más ligeros y suaves, elegantes y de menor guarda. Estas diferencias nunca son tan marcadas en la realidad ya que las impresiones gustativas no son tan tajantes y las añadas no son respetuosas con estas afirmaciones, lo que dificulta su diferenciación.
Los grandes vinos de Borgoña dependen, por todo lo anterior, de un viñedo donde la geografía descansa sobre una micro-geología y micro-climas, donde la viticultura se dispersa en micro-propiedades y donde la transformación de los mostos depende de una micro-vinificación.


