Sobre Mi

DESPENSA DEL SUMILLER


Este blog es el fruto de muchos años de dedicación a mi gran pasión, el vino y la gastronomía. Tanto mi formación inicial como mi trayectoria profesional han estado centradas en otros ámbitos, pero desde hace años estoy embarcado en una formación más profunda y constante del emocionante mundo de la Sumilleria y la gastronomía.


Mi gran interés por la formación unido a la lectura para aprender a analizar todo lo relacionado con la Sumilleria, me llevan a entender que características marcan la diferencia de cada producto que cato. Todo esto unido a mis conocimientos con la fonación de Sumiller profesional unido a un Master en viticultura y enología por la cámara de comercio de Malaga, Experto universitario en gestión y difusión del patrimonio entorno al vino, por la Universidad de Malaga y Nivel 2 Wine & Spirit Education Trust, ademas de que Actualmente estoy estudiando la cualificación de nivel 3, título indispensable y obligatorio para continuar estudiando en la misma organización y acceder al Master of Wine.

Todo esto me ha motivado a realizar viajes enológicos para conocer prestigiosos viñedos de Europa y grandes zonas enológicas, tanto históricas como emergentes, que elaboran aquellos vinos que más me han emocionado. En concreto, mi pasión por los grandes vinos históricos me ha llevado a ser Formador Homologado del Marco de Jerez, Formador homologado en Cava, Tecnico especialista en vinos y vinagres de Montilla-Moriles,


sábado, 7 de julio de 2012

LA CEREMONIA ANUAL DE LAS CALIFICACIONES



Añada 'muy buena' significa 'mediana'

ELMUNDOVINO

La pantomima anual de las calificaciones oficiales de añada, que empezó en plan tronante con la declaración de la supuesta excelencia de 2011 por parte de tanto Rioja como Ribera del Duero -esas dos no toleran ya que su directa rival pueda presentar una calificación superior a la propia-, ha continuado el 5 de julio con el anuncio de que la cosecha fue "muy buena" en Rías Baixas según su Consejo Regulador. Lo anunció en Madrid su presidente, el recién nombrado Juan Gil de Araújo.Tal y como están las cosas tras la puja constante al alza de los últimos años -ya ni los supervivientes de la guerra de Marruecos recuerdan la última vez que una DO declaró "mala" una añada, y sólo un par de éstos recuerdan una "mediana"-, lo de "muy buena" anuncia problemas.
Y, en efecto, según informa la agencia Efe, los catadores del Órgano de Control y Certificación del Consejo Regulador han decidido que los vinos de la añada que se pone ahora a la venta son "aromáticamente limpios y correctos, varietales de media intensidad". ¿"Correctos" y "de media intensidad" se traduce ahora por "muy buenos"?
El nuevo responsable de este consejo regulador ha destacado que la calificación de la cosecha, que incluye el conjunto de los vinos elaborados en toda la Denominación de Origen, es fruto "de un riguroso proceso de valoración de las muestras representativas de los 10,65 millones de litros calificados a fecha del 22 de junio".
La vendimia de la añada presentada en Madrid, continúa Efe, transcurrió oficialmente entre el 9 de septiembre y el 11 de octubre del año pasado y la cosecha finalizó con un volumen de 41.787.783 kilos de uva, un 31,8% más que la campaña anterior. Gil de Araújo ha señalado que la primavera pasada fue más cálida y con menos precipitaciones que otros años y el verano fue caluroso y seco, lo que provocó un índice de fertilidad altísimo y permitió que la vendimia se adelantara un poco.
Ningún otro país productor de vino importante tiene nada parecido al ceremonial anual de las catas de calificación por los órganos reguladores y la proclamación de esa calidad, que desde hace decenios ya no baja nunca de "buena" (que, en plan orwelliano, hoy en día significa "mala"), y que se agita como señuelo comercial. Sin mucho éxito, a la vista de la caída constante del consumo en España...
Si en Francia o Italia ignoran esta práctica es porque saben bien que, salvo en denominaciones de origen de dimensiones muy reducidas es imposible dar un calificativo único a la calidad de una añada, ya que las condiciones climáticas suelen ser muy diferentes en cuanto se amplía la distancia. Y en España casi todas las denominaciones son lo bastante grandes como para que no haya una unidad apreciable de condiciones de cada añada.
Las catas de elmundovino dedicadas a los blancos de Galicia muestran claramente los efectos del calor, por un lado, y del brutal aumento de un tercio en la producción de uva, por otra. Muy pocos vinos han parecido "muy buenos" a los miembros del equipo de cata... pero algunos sí (y otros muy malos), demostrando que los productores son tan importantes como las condiciones del año... o más.
Uno de esos miembros, viticultor en Manchuela, se quedó de piedra el otro día tras anunciar su Consejo Regulador que, cómo no, allí la añada había sido calificada como "excelente". No opinan eso los productores (si se les pregunta "off the record").


jueves, 5 de julio de 2012

La Botrytis Cinerea


Botrytis; 

La Botrytis es una enfermedad producida por un hongo conocido como "Botrytis Cinerea" que afecta a las uvas de vinificación. La infestación de Botrytis en un viñedo requiere de uva madura y de condiciones húmedas, pudiendo destruir cosechas enteras.

Conocida como podredumbre gris, la Botrytis Cinerea es una de las enfermedades más temida por los viticultores de las zonas más húmedas. No obstante si una cepa infectada queda expuesta a condiciones de menos humedad, entonces, la uva parcialmente se pasifica y la infestación se la conoce como "podredumbre noble" pudiendo llegar a producir, si se vendimian durante la infestación, un vino dulce particularmente fino y concentrado. De hecho, algunos de los mejores vinos botrytizados del mundo son elaborados con uvas recogidas una a una.

Según una leyenda húngara, el primer aszú (un vino que usa uvas botritizadas) fue elaborado por Laczkó Máté Szepsi en 1630. Sin embargo, ya aparecen menciones de vino hecho de uvas botrytizadas en la Nomenklatura de Fabricius Balázs Sziksai que se acabó en 1576. Un inventario recientemente descubierto de aszú antecede a esta referencia por cinco años. Cuando la clasificación del viñedo comenzó en 1730 en la región de Tokaj, uno de los parámetros que se consideraban en relación con los distintos terroir se centraba en su potencial a la hora de desarrollar Botrytis cinerea.

Un mito popular es que la práctica se originó de manera independiente en Alemania en 1775, donde los productores de riesling en Schloss Johannisberg (Geisenheim, en la región de Rheingau) tradicionalmente esperaban la orden del propietario de la finca, Heinrich von Bibra, obispo de Fulda, antes de cortar las uvas. En este año (según la leyenda) el mensajero de la abadía fue robado cuando marchaba para entregar el mensaje de empezar la vendimia y se retrasó la cosecha, tiempo suficiente para que la Botrytis surgiera. Las uvas se suponía que no valían nada y se entregaron a los campesinos locales quienes produjeron un vino sorprendentemente bueno, dulce, que posteriormente fue conocido como Spätlese, o vino de vendimia tardía. En los siguientes años, diferentes formas de incrementar la dulzura se introdujeron y el original Spätlese se perfeccionó más, primero haciendo de él auslese (literalmente, "cosecha seleccionada"; plural: Auslesen; es un término alemán referido a un vino de cosecha tardia y de una categoría más madura que el Spätlese) en 1787 y luego eisweines (vino hecho de uva helada con una fuerte concentración en azúcar. La técnica para conseguir esta uva consiste en dejar sobremadurar la uva a la cepa, que no se cosecha hasta que se produce la primera helada. Cuando el grano se hiela, el agua se expande y rompe la cascarilla de la uva. Así, se pierde más agua y el azúcar es más concentrado, hablaremos de el otro día) en 1858.

Algunos de los vinos de Botrytis más famoso del mundo son los de la zona de Sauternes en Burdeos. Los sauternes son una combinación de sémillon y sauvignon blanc. Otro vino botritizado francés, menos conocido, es el Monbazillac.

La región Tokaj-Hegyalja de Hungría es una de las regiones clásicas productora de vino botritizado, destacando sobre todo por sus vinos aszú. Beerenauslese o Trockenbeerenauslese (Alemania) son los otros vinos globalmente reconocidos que usan uvas botriizadas. Menos conocidos son el italiano Amarone, el rumano Grasa de Cotnari y el austriaco Ausbruch.

Dependiendo de las condiciones de las uvas pueden estar sólo mínimamente botritizadas. Esta forma de hacer vino dulce también se ha importado por los vinateros de California y Australia. En algunos casos la inoculación del hongo ocurre cuando esporas se fumigan sobre las uvas, mientras que algunos viñedos dependen de la inoculación natural a partir de esporas presentes en el medio ambiente.

En España ha habido algunas añadas de vinos botritizados en los lugares en los que la climatología es propensa a ello, como en Valdeorras, en ciertos albariños de Rías Baixas, en ribeiros y en Cataluña.
Publicado por Cella Vinarium

martes, 3 de julio de 2012

Pétrus, uno de los vinos más míticos y codiciados


Pétrus, uno de los vinos más míticos y codiciados

Publicado  por  en Sin categoría.
Pétrus es quizás el más mítico y codiciado de los grandes vinos del mundo. Este vino de Burdeos se produce en la región de Pomerol, la cual se ubica en el margen derecho del río Gironda y es la única zona en la que nunca se clasificaron los vinos como se hizo en el Médoc. A pesar de que Pétrus no está clasificado como un Grand Cru o un Premier Cru, su fama, prestigio y precio están a la par o por encima de algunos de los otros grandes vinos de Burdeos como Lafite y Latour de la “orilla izquierda” o Angelus y Ausone de la vecina comuna de St. Emilion.
Durante más de 200 años la finca fue propiedad de la familia Arnaud. Después de la Segunda Guerra Mundial fue adquirida por la Sra. Loubat, quien había ido comprándola poco a poco desde 1925. La Sra. Loubat murió en 1961 y el château pasó a ser propiedad de su familia quien, eventualmente la vendió a Jean-Pierre Moueix. Hoy en día los destinos de Pétrus corren a cargo de sus hijos Jean François y Christian. La elaboración del vino correspondió a Jean Claude Berrouet hasta el año 2007 cuando tomó el relevo su hijo Olivier.
Pétrus no es un château en el real sentido de la palabra ya que no hay una bodega como tal. La propiedad fue bautizada en honor de San Pedro en la cual lo más importante es el viñedo. Las viñas se encuentran plantadas en un “plateau” o meseta muy especial donde el suelo es diferente del resto de la región ya que es una arcilla muy rica en hierro. Es un viñedo que apenas ocupa algo más de 11 hectáreas con un 95% de merlot y 5% de Cabernet Franc. Pétrus está elaborado también con una gran mayoría de la uva Merlot a la cual se le añade una proporción pequeña de Cabernet Franc que varía según la añada.
El vino se elabora de una forma de lo más tradicional. Cuando tuve el gran honor de visitar la propiedad junto a Christian Moueix en 2007, me llamaron mucho la atención dos cosas: el viñedo esta cuidado a la perfección, mimado; la fermentación se hace en depósitos de cemento sin recubrir por dentro. Después de la fermentación el vino se envejece en barricas de roble francés nuevo durante unos 20 meses para producir apenas 30,000 botellas.
¿Quién no ha oído hablar de Pétrus? Se ha creado toda una leyenda y un mito alrededor de este gran vino que puede alcanzar fácilmente los 1000 euros en una cosecha reciente y varias decenas de miles en grandes añadas como las del 70, 75, 82, 89, 90, 95 o la impresionante de 2009. Es un vino potente, muy rico en aromas de frutas rojas, denso y goloso pero que en el paladar sorprende por su sedosidad y elegancia. Cuando pruebas Pétrus por primera vez vives toda una experiencia, por la grandeza del vino pero sobre todo por la leyenda que se ha creado en torno a él. Mi primera vez fue en Londres cuando apenas empezaba de forma profesional  en el sector. Era una cata vertical de 12 añadas de este gran vino y dirigida magníficamente por Christian Moueix. Todavía la recuerdo como la cata que más me ha impresionado.

domingo, 1 de julio de 2012

Botella de Chateau d´Yquen valorada en 110.000


Botella de Sauternes de 1806 valorada en 110.000 Euros

Botella de Sauternes de 1806, recuperada tras un singular 'rescate', se vende por 110.000 euros en Cáceres.
Articulo de Francisco Cantalapiedra en EL PAÍS - el 18-12-2004
Pagar 110.000 euros (más de 21 millones de pesetas, IVA incluido) por una botella de vino Chateau d'Yquem de 1806 es algo sorprendente, pero más curioso todavía es que Toño Pérez y José Polo, los dueños de El Atrio, el restaurante cacereño donde se vende, no muestren un interés especial en deshacerse de este raro vino, cuyo precio se ha disparado porque se rompió la botella antes de que pudiera ser ofrecida a sus clientes habituales.
La aventura comenzó en el año 2000, cuando ambos compraron en una subasta celebrada en la prestigiosa casa londinense Christie's, por unos 20.000 euros, esta botella de vino blanco dulce de la denominación de origen Sauternes, ubicada en la zona de Burdeos (Francia). Es un vino con un alto contenido de botrytis, que se consigue utilizando exclusivamente uvas de podredumbre noble maduradas gracias a la mezcla de niebla y sol que se da en la zona. Esta bodega fue siempre propiedad de una noble familia francesa, que acabó vendiéndola al grupo LVMH, formado por grandes firmas de lujo.
Nada más llegar la misma a Cáceres, los dueños del restaurante se dispusieron a colocarla en una caja de madera, momento en el cual se rompió por la zona del final del cuello. La suerte de que estuviera envuelta en papel transparente de cocina impidió que se derramara por completo el contenido, iniciándose una gran operación de salvamento en la que intervinieron desde la casa de subastas londinense hasta el prestigioso enólogo Mariano García, gran patrón de las bodegas Mauro de Valladolid.
Hora y media después de la catástrofe y con la duda de si un vino tan antiguo se muere cuando entra en contacto con el aire, consiguieron hablar con Madame Garbey, la enóloga jefa de la bodega francesa, que les dijo que lo más urgente era trasvasar el contenido a una botella nueva "bien lavada y seca, evitando sobre todo que el vino entrara en contacto con el nuevo tapón".
Al día siguiente los dueños del restaurante El Atrio marcharon a Burdeos, donde la enóloga y sus ayudantes comprobaron que el vino era original y diagnosticaron que estaba en buen estado.
"Fue impresionante", recuerda ahora Toño, "vernos a los dos con la botella en la mano y rodeados de media docena de personas con bata blanca esperándonos en la puerta de la bodega".
La propia señora Garbey se encargó de trasvasar el vino a una botella similar de su propia colección, que, al ser algo mayor que la original, tuvo que ser rellenada con unas perlitas de vidrio que todavía pueden verse en el fondo. Estos cristalitos y una etiqueta firmada por la enóloga asegurando que la botella fue recuperada en la propia bodega el 25 de enero de 2001 la han convertido en un ejemplar único en el mundo. "Todo tiene un precio", señala José Polo, "pero no nos importa quedarnos con ella para siempre, porque es historia, y ahora nuestro restaurante forma parte de ella".