Las setas se han utilizado desde la antigüedad como alimento, constituyendo un buen complemento de los primeros cazadores recolectores que, probablemente se alimentarían de raíces, frutos, hierbas y setas.
Las primeras referencias del consumo de setas las tenemos en las pinturas encontradas en la tumba del faraón Amenemhet en el año 1450 A. C. Los champiñones tenían un gran fama en la cocina egipcia, aunque su uso estaba exclusivamente reservado al faraón.
Hay que mencionar la gran importancia que las setas desempeñaron dentro de la cultura romana. Los romanos tenían un conocimiento amplio sobre las setas, sabiendo distinguir las comestibles de las venenosas. Era muy reconocida, por ejemplo, la oronja o amanita de los césares (Amanita caesarea) que prácticamente todos los emperadores comían para celebrar su coronación a partir de una costumbre iniciada por Julio Cesar. Era habitual en este pueblo servir carne con champiñones a las tropas antes de entrar en combate, pues los romanos creían que la ingestión de champiñones les proporcionaba vigor.
¿Como cocinar las setas?
-Consumir setas Frescas: Es necesario insistir que solo debemos cocinar aquellos ejemplares que sepamos con toda seguridad que son comestible.
-Limpiarlas adecuadamente: Para facilitar la limpieza se pueden dejar en remojo en agua bien caliente o incluso escaldarlas.
-Eliminar las partes inadecuadas: La piel externa o cutícula cuando esta sea dura o enganchosa, el pie cuando este no resulta demasiado comestible,
- No cocer en cacharros de metal: Excepto el acero inoxidable el resto de los metales colorean las setas y puede cambiar su sabor.
-No cocer con el fuego demasiado vivo: Poco a poco van cogiendo el sabor y aroma adecuado y siempre tapar para que no se escapen los aromas.
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