Asociación de Sumilleres de Málaga-Costa del Sol o la Vaquilla
Que manía tenemos los españoles en matar la vaca cuando parece que da leche o diversión. En ese momento ya nos encargamos todos en matarla con tal que no la disfrute el amigo, amigo o socio. Esa imagen de la vaquilla muerta en medio de la batalla fraticida entre lo que deberían ser iguales, se me represente de forma clara cuando veo, hoy como la Asociación de Sumilleres de Málaga-Costa del Sol agoniza en medio del valle, mientras los que debieran haber cuidado de ella se arrojan a la cara reproches por decirlo de forma leve.
Asociación de Sumilleres de Málaga-Costa del Sol
Una Asociación que debió ser el orgullo de la hostelería malagueña; marchamo de calidad en todo aquello que toque; referencia del bien hacer de los profesionales malagueños del vino. Pero no, algo habrán gestionado mal, muy mal, cuando hoy nos vemos en esta situación. Si nos vemos, porque el que les escribe es también socio de la misma.
Entre a formar parte de forma reciente, era miembro de otra Asociación de Sumilleres, la de Galicia Gallaecia, que es en Galicia, lo que la ASM debiera haber sido no solo en Málaga, es más a nivel andaluz y español. Creí que la ASM funcionaria de forma parecida, y que sería muy gratificante pertenecer, como malagueño que soy, a “mi asociación”. Pero me encontré, de repente, en medio de una guerra entre iguales que ha terminado con el inmediato fallecimiento de la pobre vaquilla, perdón de la Asociación de Sumilleres de Málaga-Costa del Sol.
Una vergüenza para los responsables que han llevado a la misma a esta situación, tengan al final responsabilidades morales o judiciales, que todo está por ver. Pero tampoco quedan o quedamos atrás, los socios que, como hombre sentado en una roca de la playa, vemos el ir y venir de las olas sin darnos cuenta que se nos hunden los pies en la misma.
¿Qué hacer pues? ¿Dejarla morir y crear otra? No. En honor a la verdad, a la honradez de los sumilleres de Málaga, sebe montarse una gestora, pedir una auditoría independiente, verificar y certificar el estado de las cuentas, depurar responsabilidades si las hubiera, y resucitar un nombre como el de la Asociación de Sumilleres de Málaga-Costa del Sol que se lo merece.
No es el momento de esconder le basura bajo la cama, es el momento de barrerla y dejar los bajos limpios para continuar el camino. Si es cierto que todo está correcto a nivel contable y documental, nadie deberá tener miedo a la auditoría independiente y dejar a salvo el buen nombre de la Asociación. En caso contrario, si se toma el camino de la huída hacia adelante, sin sentido más nefasto para el ser humano, terminaremos por matar a la vaquilla, y no será posible comprar ninguna nueva, porque nuestro prestigio como ganaderos estará muerto.
Salvemos la Asociación de Sumilleres de Málaga-Costa del Sol caiga quien caiga, cese quien cese, porque si la dejamos morir llena de basura hasta arriba, para montar otra, lo único que haremos es será trasladar las basuras de lugar y manchar aún más, el buen nombre de la sumillería malagueña.
Pedro I. Altamirano Macarrón, es miembro de Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino AEPEV; Féderation Internationale des Journaluistes et Excrivains du Vin et des Spiritueux FIJEV; Asociación de Periodistas Agroalimentarios de España APAE; The International Federation of Agricultural Journalists IFAJ; Asociación de Sumilleres de Galicia GALLAECIA; Asociación de Sumilleres de Málaga-Costa del Sol ASM
NOTA: ESTAS PÁGINAS ESTAN ABIERTAS A CUALQUIER TIPO DE OPINIÓN
La hora de Málaga
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