- Fuente: Granada Hoy
La profesión de sumiller
Oficios. Es muy desconocida, pero también muy deseada por
muchos y no significa pasarse la vida probando y bebiendo buenos
vinos Requiere mucha preparación, dedicación y esfuerzo
Por :MARGARITA LOZANO |muchos y no significa pasarse la vida probando y bebiendo buenos
vinos Requiere mucha preparación, dedicación y esfuerzo
La palabra sumiller viene de la francesa sommelier. Antaño, elsommelier era la persona que iba, con un carro tirado por bueyes (bêtes de somme, o bestias de carga) con barricas de vino para la venta ambulante. Hoy, el sumiller
es el responsable del vino en los establecimientos de hostelería,
en vinotecas, en las secciones de vinos de grandes superficies y
también imparte catas a profesionales o a aficionados. Es claro
que la figura
del sumiller da prestigio a cualquiera de estos establecimientos.
Debido a la educación, conocimientos y experiencia que adquieren,
muchos sumilleres trabajan como críticos de vinos, escritores,
educadores y consultores.
En los restaurantes, es fácil reconocer al sumiller: normalmente va
vestido de negro, con un delantal largo de cuero del mismo
color (el delantal de cuero, antiguamente, evitaba el roce de las
barricas y las manchas de vino cuando estos descargaban los
toneles de los carros y
los llevaban hasta la bodega y se ha convertido en la vestimenta
clásica) y colgados de una cadena del cuello, unas llaves y un tastevin.
Las primeras son el símbolo de la posesión de las llaves de la bodega
o del almacén, una distinción solo permitida antaño al sommelier,
persona de confianza; el tastevin es un recipiente que parece una
pequeña cazoleta, que antiguamente era de plata, donde el
sumiller vertía un poquito del vino de la botella que iba a
servir para probarlo
y cerciorarse de que estaba en perfecto estado. El sumiller
tiene numerosas funciones en un restaurante: orientar al cliente
sobre qué
vino irá mejor con los platos que ha pedido es la más conocida.
Pero también debe saber de cervezas, bebidas espirituosas, aguas,
cafés e infusiones y, algo muy importante: saber gestionar la
bodega, comprar
los vinos más adecuados para la cocina y la clientela
de ese establecimiento y hacer que los vinos roten. Ese papel de
gestor es el
que no se ve desde fuera y es quizás el más complicado.
Para ser sumiller hay que formarse: primero, con un curso
especializado,y después… pues a lo largo de toda la vida,
ya que cada añada de cada vino es diferente y que en el mundo
aparecen casi a diario nuevas bodegas, nuevas marcas,
nuevas elaboraciones.
Fue Francia el primer país que puso en marcha una formación
específica y reglamentada para sumilleres. Y no hace tanto, los
españoles que querían recibir esta formación, debían ir al otro
lado del Pirineo. Hoy en día se pueden encontrar buenos
cursos de formación en España, peroojo: asegúrese de que el diploma
que le entregarán al terminarlo está respaldado por un organismo
oficial y no simplemente por una asociación profesional y menos
aún por 'fulano de tal', que podrá saber mucho (o no) pero no
puede acreditar de forma oficial ninguna formación. También
es importante fijarse si estos estudios conllevan un
reconocimiento internacional, pues no todos lo hacen, y muchos son
sin más cursos sencillos de iniciación.
Una buena formación seguirá un programa completo de estudios
que incluirá enología, ampelografía y viticultura, geografía
vitivinícola nacional e internacional, los aspectos legales de las
zonas vitivinícolas, y por supuesto, análisis sensorial, es decir,
aprender a catar y a detectar virtudes y defectos en un vino. Por
supuesto, un buen sumiller hablará al menos un idioma, siendo
muy común que estos estudios incluyan el aprendizaje del francés,
no en vano conocido como la 'lengua del vino'.Y luego, el resto de la
vida, catar y estudiar. Visitar zonas productoras de vinos y
bodegas, recorrer ferias especializadas... Es, realmente,
una profesión para apasionados.
No se sienta intimidado por el sumiller en ningún restaurante.
No está ahí 'para sacarle los cuartos' ni para venderle la botella
más cara,sino para que su experiencia culinaria sea completa y
lo más feliz posible. Aunque está demostrado que un restaurante
que cuenta con un sumiller en su plantilla vende más vino y mejor
y rota más su bodega… Lo cual no está reñido con el placer y el
contento del cliente. El sumiller cuidaráde aconsejarle un vino
según el plato y según sus gustos (los de usted, como cliente)
por lo que seguramente le haga varias preguntas, como ¿qué tipo
de vino le gusta? ¿Más frutal, con más crianza en madera? y,
no nos olvidemos, según el presupuesto. Por supuesto, un sumiller
no le preguntará directamente cuánto se quiere gastar en una
botella, resultaría algo grosero, pero para saber a qué rango
de precio atenerse
a la hora de aconsejarle, se fijará mucho en pequeños detalles
que le dirán si es usted una persona con más o menos posibles: esto
me lo enseñó un sumiller hace muchos años. Desde la ropa que
lleva, hasta si lleva hecha o no la manicura o el periódico que lee le
darán pistas de qué tipo de cliente tiene delante.
No dude pedir consejo al sumiller en la sobremesa: seguro
que le sorprende con un buen destilado y con un café o infusión
que combinen perfectamente. Y en los restaurantes que tienen un
lugar en el exterior donde poder fumar en la sobremesa, déjese
asesorar para fumar un
buen cigarro puro: en eso también el sumiller es su hombre (o mujer).
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